Controles de precios en épocas de pandemia
La peste negra tuvo un efecto devastador en
todo el mundo con estimaciones que van desde los 80 a 200 millones de personas
muertas en todo el mundo, lo que generó la implementación de medidas coercitivas
y de restricción de todo tipo, tal cual ha sucedido con el Covid-19, medidas
que a pesar de en muchos casos tener una carga de buena intención, atentaron
contra las libertades de los individuos, afectando el accionar humano, la
economía individual y de los países.
Durante la peste negra uno de los países que
mejor registro tuvo sobre el avance de la pandemia fue Inglaterra, ya que cuenta con los datos de los
antecedentes, efectos y medidas durante y posteriores a la pandemia de la peste
negra.
Algunos antecedentes pre-pandemia
No se conoce con exactitud la población de
Inglaterra en el siglo XIV, se estima que alrededor de 6 millones de personas habitaban
el país, a pesar de que las primeras crisis demográficas como ser la gran
hambruna entre el 1315 y 1317, así como la guerra de los 100 años con Francia
entre 1337 y 1453, probablemente provocaron una disminución de la población, sin
embargo, la afectación no fue tan significativa en las estimaciones totales.
La economía inglesa era principalmente rural y
agraria, siendo que alrededor del 90% de la población vivía en el área rural, era
Londres la ciudad más habitada con alrededor de 70.000 habitantes.
La principal fuente de la riqueza inglesa eran
sus exportaciones de lana, en principio la mayoría era hacia Flandes para la
elaboración de ropa, gradualmente Inglaterra creció en bienes de capital y se
apropió de la producción de ropa a través de manufactureros ingleses, quienes
iniciaron la exportación de ropa que entraría en auge durante la segunda parte del
siglo XIV.
En lo político Inglaterra se estaba convirtiendo en una
potencia europea, el Rey era Eduardo III, en 1346 lograron una vitoria sobre
los escoceses que aseguraría el control sobre Escocia por parte de la corona inglesa.
La pandemia: Peste negra
El término peste negra fue acuñado recién a
partir del siglo XVII, anteriormente fue conocida como la gran mortalidad o la
gran pestilencia. La peste negra fue causada por una variante, para ese
momento, nueva de la bacteria Yersinia pestis.
Esta bacteria viaja en pulgas alojadas en ratas, que pueden ser transferidas
a los humanos a través del contacto con dichos animales. Las mordidas de las pulgas
llevan la enfermedad a través del sistema linfático llegando a los ganglios
linfáticos, donde la bacteria se multiplica y forma inflamaciones llamadas
bubones, de ahí se deriva el término peste bubónica. Luego de tres o cuatro
días la bacteria entra al torrente sanguíneo, e infecta órganos como los pulmones
y el bazo. Normalmente las personas morían en pocos días.
A finales de la edad media (1330-1400 d.c.) Europa
experimentó el brote epidémico más mortífero de la historia,
fue la primera y más severa manifestación de la segunda pandemia causada por la
bacteria Yersinia pestis, en junio de 1348 la muerte negra alcanzó Inglaterra. El
primer caso conocido en la isla inglesa fue un navegante que arribó a Weymouth en
junio de 1348, para el otoño la plaga ya había alcanzado Londres y en el verano
de 1349 había cubierto todo el país antes de prácticamente desaparecer para
diciembre de ese año.
Distintos autores enmarcan el número de muertos
de la peste negra desde el 20% hasta el 65% de la población inglesa, este
último porcentaje colocaría a Inglaterra encima de los estimados para Europa que se estiman en un 60% de la población, tasas que no han sido
totalmente aceptada por la comunidad historiadora. Sin embargo, un número generalmente
aceptado es un tercio de la población inglesa.
Consecuencias económicas
El efecto inmediato generado por la peste negra
fue la disminución de la mano de obra, y el correspondiente incremento en los
salarios. El mundo medieval todavía no tenía los recursos de análisis para interpretar
estos cambios a nivel de desarrollo socio económico, y culpaban de este
incremento en salarios a una degradación en la moral. Los señores feudales
vieron este incremento como una muestra social de insubordinación y
sublevación, y reaccionaron con coerción.
Medidas de coerción
Rothbard señalaba que quizás el peor efecto de
larga duración de la peste negra fueron las sucesivas respuestas de la corona
inglesa para racionar compulsivamente la mano de obra y el control de máximos
salariales en la sociedad inglesa. Este
momento histórico provocó que nazcan las normativas laborales que con su lógica
evolución han llegado hasta nuestros tiempos.
El rey Eduardo III, debido al descontento de los señores feudales grandes, medianos y pequeños y maestros artesanos en general, emitió la ordenanza de los trabajadores de 1349 que incluía de manera resumida lo siguiente:
- Toda persona menor de 60 años estaba obligada a trabajar.
- Los empleadores no podrán contratar trabajadores en exceso.
- Los empleadores no pagaran y los trabajadores no cobrara sueldos superiores a los establecidos previos a la plaga.
- La comida deberá tener precios razonables sin exceso de rentabilidad.
- Nade, bajo pena de cárcel, deberá dar cosa alguna a los mendigos sanos “bajo el color de la piedad o de la limosna”.
La medida fue totalmente inefectiva, puesto que
ocurrió el resultado inevitable, por tratar de ir en contra de leyes económicas
básicas, debido al establecimiento de máximos salariales la demanda por trabajadores
era mayor que la “nueva” oferta insuficiente.
Cada intervención de gobierno crea un nuevo
problema en el intento vano de solucionar antiguos, es así que la corona inglesa
se confrontó a la elección de sumar nuevas intervenciones para solucionar los “inexplicables”
nuevos problemas o eliminar la intervención original. Como es instinto de todo gobernante el de maximizar
su control y poder, decidieron incrementar las intervenciones con la emisión de
El Estatuto de los Trabajadores de 1351, endureciendo aún más los
requerimientos ya establecidos en la ordenanza de los trabajadores de 1349
sumando las nuevas restricciones como ser que el que sea una ofensa criminal el
que un empleador contrate un trabajador que ha dejado un jefe anterior y
restringió la movilidad laboral declarando que el lord de una tierra particular
tenía el derecho primario sobre la labor de un hombre. De esa manera, el gobierno
inglés entró en la tarea de racionar aún más y distribuir el trabajo con la
intención de mantener a los trabajadores en sus salarios y puestos prepandemia.
La inclinación natural de las personas de
buscar mejores trabajos a mejores salarios provocó el surgimiento inevitable de
mercados negros de trabajo, situación que provocó que sea aún mayor la
dificultad de la aplicación del estatuto de los trabajadores, además de
provocar en 1381 la llamada revuelta de los campesinos.
A pesar de todo esto la corona inglesa en su
desesperación trató nuevamente de endurecer los controles y racionamiento laboral
con el Estatuto de Cambridge de 1388, en este estatuto se prohibía totalmente
la movilidad laboral de cualquier tipo sin el permiso escrito de un juzgado
local, además de instituir el trabajo infantil obligatorio en la agricultura.
A pesar de todas las medidas hubo una constante
evasión creada por un “cartel de compradores”, especialmente de los grandes
empleadores, que en particular estaban dispuestos y podía pagar salarios más
altos. La maquinaria judicial inglesa era
totalmente inefectiva en la aplicación de la legislación puesto que era lenta y
burocrática, a pesar de que algunos sindicatos urbanos monopolísticos (monopolios
que la corona apoyaba) si lograron forzar parcialmente el control de salarios
en las ciudades.
La coerción no logra los resultados
En definitiva, la intervención estatal excesiva en el mercado laboral inglés posterior a la peste negra no logró evitar la subida de los salarios, y en conjunto a la antes mencionada inversión en bienes de capital, entre otras, resultaron en el incremento real en los salarios de los ingleses, mismo que no fue alcanzado por otro países incluso hasta los siglos XIX y XX.
Medidas coercitivas como las que hemos vivido durante la pandemia de Covid-19 también han sido aplicadas en el pasado, y los efectos muy rara vez alcanzaron los resultados esperados.
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