La acción y la empanada de pollo
Podemos encontrar este manjar en mercados, colegios,
restaurantes, tiendas de barrio y puestos callejeros, es un alimento para todas
las edades y todos los bolsillos. Siendo una comida de media mañana para los “tacheros”, así como también entrada de las
mejores comidas en los restaurantes más renombrados.
Pensar en las empanadas me hizo recordar mi niñez, cuando tenía alrededor de 10 años, uno de los puestos considerados con
las mejores empanadas de la ciudad por los transeúntes de la zona, era el
ubicado en la esquina de las calles Junín y España, en realidad quedaba más en
la calle Junín que en la España pero como referencia para nombrarlo se tomaba
la esquina, estaba justo a media cuadra de la casa de mis abuelos. También hacían mocochinchi y somó, bebidas que
también eran consideradas de las mejores de la ciudad, sino las mejores.
Me imagino que la aparición de ese puesto se
dio en la búsqueda de la cobertura de las necesidades de la familia que atendía
allí, ya que las personas que lo levantaron eran del interior del país, al
menos lo que recuerdo, atendían en el inicio una señora con la que entiendo
era su hija, quizás de unos 4 o 5 años. Probablemente en esa búsqueda de mejor
porvenir un día decidieron salir de su pueblo o ciudad natal, sin tener claro
lo que les esperaba, pero con un fin bastante definido. Seguramente hicieron su
viaje por tierra en un bus antiguo, durante largas horas, en los precarios
caminos de nuestro país dejando atrás a su familia y amigos, llegaron a la casa
de un pariente o conocido, quien fue quien les habló de las oportunidades de
comercio que existen en la tierra noble que está asentado, recibieron
posiblemente un cuarto o quizá la esquina de una habitación para dormir, hasta
que encuentren un mejor lugar o tengan los ingresos suficientes para pagarse su
propio cuarto en alguno de los tantos tambos que la ciudad ya para ese momento
tenía.
En mi mente, en la búsqueda de su historia sin
saberla realmente, pienso que debieron estar caminando por la ciudad, por sus
mercados, quizás el siete calles, y se dieron cuenta que habían muchos puestos
en la calle, que vendía pan, refrescos, soda, cuñapé y allí vieron las famosas
empanadas, con su demanda constante y creciente, que la comían niños, jóvenes y
adultos, sin diferencia de sexo, siempre acompañada de los refrescos de la zona,
mocochinchi y somó, además de la llajua.
Asumo que uno de los parientes también le contó que tenía conocidos que
estaban en el negocio de la alimentación, que era rentable y consiguiendo el
lugar adecuado la venta y rotación era constante, adicionalmente que la
inversión era baja. La o el conocido la
llevó unos días a su puesto, y le enseño los secretos de una buena empanada,
con su llajua, el mochochinchi y somó.
Luego de unos días de capacitación, lógicamente en un intercambio de
servicios ayudando en el puesto por una remuneración menor a la media, además
de ganar unos pesos, le permitió comprar los implementos necesarios para
iniciar el negocio, y así caminando por la calle decidió en una zona cercana al
mercado 7 calles, a una cuadra de una iglesia y del banco más grande de la
ciudad, en una acera que en ese momento no tenía “dueño”, determinaron la mejor
localización, así imagino que fueron los inicios.
Para el transeúnte, tal como yo era,
simplemente ocurrió que un día no existía y de repente al día siguiente ya
estaba, y se convirtió en un éxito, paso de ser en el principio dos baldes con
hielos y refrescos más una bandeja de empanadas, a un freezer con refrescos
para mantenerlos fríos y un calentador de vidrio para las empandas con su mesa,
y de hecho la última vez que recuerdo haber comido allí, ya habían alquilado el
sitio al lado de la esquina. Hoy en día
no sabría decir si siguen allí, puesto que no paso por el centro de la ciudad
más que unas pocas veces al año.
El puesto de empanada de la esquina España y Junín y los emprendedores detrás de él, muestran que el camino para alcanzar nuestras metas u objetivos, definitivamente está en el hecho de hacernos cada uno responsables de nuestras decisiones y nuestra toma de acción, ya sea tomando la decisión de dejar tu ciudad natal, cambiando de lugar de trabajo, mudarnos de casa, iniciando nuestro propio negocio o hasta el aprender a hacer empandas en casa, la acción individual es la respuesta.
“La acción humana se define simplemente como el
comportamiento con propósito”
Murray N. Rorthbard
Comentarios
Publicar un comentario