¿Los intermediarios son parásitos económicos?

Cuando se está en medio de una crisis económica, se tiende a asignar responsabilidades de la ocurrencia de los fenómenos económicos a agentes y actores del mercado. Más aún cuando el sistema político estatal está inmiscuido y busca deslindarse de sus acciones, para mantener su capital de votos o su espacio de poder. También ocurre que muchas de las consecuencias en la economía son contraintuitivas en cierto grado, como el hecho de pensar que un intermediario tiene poca o nula influencia en la determinación de un precio. Es por eso que cada vez que varía el precio de un insumo, más aún si es básico en la vida de los bolivianos, el aparato estatal sale a buscar responsable, y en muchos casos lo establece en el intermediario, es así que de esta forma justifica su intervención en el control de precios y hasta en la creación de ferias de "precio justo", provocando aún más distorsiones en el mercado.

Este artículo busca establecer el lugar que corresponde al intermediario, así como también en alguna medida de la fuente real de la inflación que es la consecuencia que se trata de explicar cuando se responsabiliza a los intermediarios. Los principios para el presente análisis tienen énfasis en la praxeología, donde se establece que todas las acciones realizadas por el humano tienen un propósito, incluso el no actuar lo tiene. Por ende, los intermediarios, como cualquier otro agente económico, actúan basados en sus preferencias subjetivas y el conocimiento al que tienen acceso.

Primero que nada, se debe comprender que los precios están determinados por las valuaciones subjetivas de los individuos. Los precios emergen de las innumerables interacciones que tienen los individuos en el mercado, cada una de ellas con sus propias preferencias e información. Esto basado en el principio de imputación establecido por Carl Menger en sus "Principios de Economía Política", y que los intermediarios son mediadores que facilitan el encuentro entre productores y consumidores, operando bajo las mismas restricciones de conocimiento disperso, como Hayek estableció en "El uso del conocimiento en la sociedad" de 1945 . Es decir, los intermediarios no determinan los precios, responden a ellos. Por esto es que los intermediarios no dictan precios, sino que facilitan las transacciones. Esto se puede observar en un ejemplo, en la ciudad de San Pedro de Atacama llueve cada 15 años, si un intermediario lleva impermeables para la lluvia elaborados en China y decide lograr una rentabilidad exagerada, digamos el 90% sobre el precio de venta y con un precio muy alto, debido a la situación climática la demanda del producto será poca o nula y el precio que los ciudadanos de San Pedro de Atacama estén dispuestos a pagar tenderá a cero, puesto que no lo necesitan, por más que el intermediario quiera incrementar los precios, si el mercado (las innumerables interacciones entre las personas) no lo demanda no podrá fijarlo, en definitiva, el intermediario tiene poca o nula intervención en el establecimiento del precio, lo que si tiene es la capacidad de acercar un producto Chino de impermeables con los ciudadanos de San Pedro de Atacama, incluso si no lo necesitan.

Segundo, si un intermediario actúa en un ambiente empresarial competitivo y tratara de subir los precios arbitrariamente sin generar ningún valor añadido, los competidores y nuevos empresarios le ganarán mercado, pues podrán ofrecer precios más bajos por el mismo producto o servicio. Esto está muy relacionado con el descubrimiento empresarial y el sistema de precios como un mecanismo de coordinación del mercado. La utilidad de un intermediario está en su capacidad de conectar la oferta con la demanda, y su capacidad de anticipar preferencias y disminución de costos de transacción (tiempo, información y riesgo). Un ejemplo que se vio de cerca en Bolivia, fue durante la pandemia con los barbijos, los primeros emprendedores vieron la oportunidad de intermediar importando desde distintos países, debido a la alta demanda los precios se elevaron, sin embargo, esto provocó que otros emprendedores vean la oportunidad, y luego de un tiempo la oferta aumentó, generando finalmente que el precio baje. Si alguno de los emprendedores continuaba con sus precios iniciales, probablemente iba a quedar fuera del mercado y su empresa cerraría. De esta forma podemos establecer que en un mercado competitivo, sin intervención, los intermediarios no pueden controlar los precios ya que la propia competencia se encargara de bajarlos, y el tratar de culparlos por los precios altos es ignorar el rol que cumple la libre competencia y el cálculo económico. En una economía sin intervención los precios son señales que muestran la escasez o sobre stock, permitiendo la aparición del emprendedurismo.

Tercero, el fenómeno monetario, tal cual Mises y Rothbard en sus distintas obras han establecido, la inflación en su fuente es siempre un fenómeno resultado de la expansión artificial de la oferta monetaria, que distorsiona la estructura de capital y los precios relativos. Los intermediarios ajustan sus precios en función del incremento de la oferta monetaria, para tratar de sostener su poder adquisitivo. En todo caso atribuir un proceso inflacionario a los intermediarios, es confundir un síntoma con la causa. La raíz de la inflación son políticas monetarias expansivas, no en los agentes que reaccionan ante las señales del mercado. Bolivia es un claro ejemplo de ello, se ha tenido en los últimos 20 años un proceso de expansión monetaria constante, solo en el año 2024 en función a datos del Balance del Banco Central de Bolivia, se incrementó la circulación monetaria en un 20%, además políticas como el crédito de vivienda social también incrementaron la oferta monetaria, entre otras. Los intermediarios no tienen ninguna responsabilidad sobre la política monetaria de un país.

Cuarto, cada persona, cada actor del mercado, incluyendo los intermediarios, actúan basados en su conocimiento, que puede ser, por ejemplo en el caso de una tienda de barrio, lo que escucha en su barrio o en las noticias locales, o quizás de lo que lee en internet, es decir, que toman sus decisiones en función a su conocimiento y establecen el precio en función a las interacciones que existen entre compradores y vendedores dentro de su ambiente, por ello puede ocurrir que en las distintas tiendas de barrio los precios sean distintos. Y el tratar de intervenir, ya sea desde entidades centralizadoras como el gobierno, generan distorsiones, que pueden llegar hasta el cierre de los comercios porque no entienden las características de cada mercado, y provocan que los intermediarios dejen de actuar como coordinadores y conectores eficientes de la oferta y la demanda, estas distorsiones desembocan en desabastecimiento y la aparición de mercados "negros" o paralelos donde el precio aumenta aún más.

Quinto, está el argumento de la posibilidad de colusión entre los intermediarios, la única manera de que haya una colusión entre intermediarios es en mercados que no son libres, que tienen intervención estatal, en Bolivia ese si es un problema, puesto que el gobierno trata de establecer precios en los distintos mercados de productos y en acuerdos con organizaciones de distinto tipo, esto puede generar que haya colusión entre los productores o intermediarios con el gobierno para acordar precios que sean convenientes, ahora bien, en un mercado libre si un grupo de intermediario coludiera para tratar que el precio fuera alto, por ejemplo si todos los primeros importadores de barbijos durante la pandemia se hubieran puesto de acuerdo para mantener el precio alto, si el mercado es libre, cualquier persona podría ingresar y ver que puede ganar el mercado bajando precios, eso generaría que más personas importen, y por ende bajarían finalmente el precio del producto. Solo la intervención estatal permite la colusión para que los precios sean subidos artificialmente.

En conclusión podemos decir que los intermediarios son un efecto, y no la causa del incremento de los precios. Su existencia es necesaria, puesto se deriva de la división del conocimiento, la división del trabajo y la necesidad de facilitar las transacciones dentro de los mercados, es decir, solo una persona que vive en San Pablo de Huacareta en Chuquisaca podría darse cuenta, por ejemplo, de que hay un incremento de la demanda de radios, desde la distancia ninguno de nosotros podría. La inflación tiene su fuente en la expansión monetaria y la intervención estatal que provoca cambios en las preferencias temporales de las personas, y genera señales que distorsionan los precios relativos. Atribuir la responsabilidad a los intermediarios es asignar la misma a un agente equivocado, cuando es claro que la inflación tiene su fuente primaria en decisiones de política económica del gobierno central.

"El intermediario no es un parásito, sino un catalizador de la cooperación social" (Bastiat, 1850).


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